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Estoy bien, pero no soy feliz. ¿Que le pasa?🤔

  • Foto del escritor: leidy hidalgo
    leidy hidalgo
  • 7 jun
  • 3 Min. de lectura

La sociedad invalida muchas veces el malestar cuando no encaja dentro de lo que todos llaman normal. Pero es común sentir que a pesar de tener todo esto que la sociedad llama normal, no terminamos de ser felices.


Cada vez parece más evidente que el sufrimiento humano abarca un amplísimo espectro de manifestaciones. Por ello, la idea de que debemos obtener aprobación y validez a nuestras experiencias internas ha impedido a muchas personas entenderse y hallar soluciones reales a su dolor. Esto es lo que hace que el sufrimiento sea reconocido y hace que muchas personas caigan en la autoinvalidación. Asumen que su sentir “no es para tanto”. Se presupone que tienen todo lo necesario y no ven el porqué necesitar ayuda y que obtenerla es algo reservado para aquellos que sufren un alto grado de disfuncionalidad. Lo cierto es que los demás no aportan información demasiado valiosa sobre los problemas de la gente. Lo auténticamente significativo tiene que ver con el sentir de cada uno y la manera en la que esto impacta en la vida de una persona y su sensación de plenitud.


Entonces, la primera pregunta que cabe hacerse entonces es: ¿Qué entendemos por estar bien? Ya que Vivimos en una sociedad que fomenta la desconexión de nosotros mismos, que niega la espiritualidad debido a la falsa percepción que nos han vendido las iglesias. Pasamos largas jornadas trabajando y, cuando podemos parar, nos anestesiamos con estímulos externos que nos ayudan a evadirnos (series, compras, deporte, iglesia, planes cada vez más extraordinarios…). En nuestra sociedad se asume que estar bien tiene que ver con aquello que se espera de nosotros: un trabajo, dinero en la cuenta, una pareja o familia perfecta, belleza, iglesia… Sin embargo, rara vez se plantea la importancia de saber conectar con nosotros mismos en soledad y entender nuestras emociones, guiarnos por lo que necesitamos y no por lo que deberíamos hacer.


Este dilema es el que hace que muchas personas vivan con un gran conflicto interno, sintiendo que tienen todo para ser felices y aún así no logran estarlo. Así, la sensación de no ser feliz a pesar de que no existan problemas evidentes según los demás, tiene que ver en ocasiones con la falta de sentido y propósito en lo que hacemos. Esto tiene que ver con la experiencia de vivir la vida sin una dirección clara, algo así como funcionar desde el piloto automático sin detenernos a cuestionar qué hacemos y para qué lo hacemos.


Hacer introspección y analizar en retrospectiva, se hace necesario en todos y cada uno de nosotros ya que no podemos ignorar que todos nosotros cargamos con una mochila de experiencias y traumas en nuestra espalda. Puede que en el presente nuestra vida parezca idílica, pero quizá en el pasado hemos sufrido vivencias que han dejado heridas dentro de nosotros que ahora necesitan nuestra atención, que necesitan ser vistas y sacarlas del saco escondido de la sombra. El papel de nuestros primeros vínculos emocionales con nuestras figuras cuidadoras es indiscutible. Haber atravesado dolor en la infancia asociado al vínculo con los progenitores es una experiencia que deja huella en el alma y puede llevarnos a un estado interno de vacío en la adultez que nos cuesta comprender y podríamos estar actuando sin saberlo desde ese niño o niña heridos 🥺 Quizá nuestras expectativas con la vida sean irreales y estén desconectadas de nuestra realidad, lo que puede generar frustración y vacío.


Si estas situaciones te resuenan, puede que acudir a consejería y terapéutica no sea una opción tan descabellada como crees. Si algo dentro de ti no marcha bien, un profesional puede ayudarte a través de la terapia de distintas maneras:


  • Entender el posible origen de ese sentimiento de vacío ya que se puede explorar qué hay debajo de esa emoción. Puede que hayas vivido una experiencia traumática no resuelta o que la hayas bloqueado por protección o que no tengas un propósito, que estés emocionalmente desconectado de ti mismo…

  • Adquirir herramientas para entenderte y poder regular mejor tus emociones, conectar con ellas de forma segura, conocerte mejor, ejecutar cambios en tu vida que te permitan salir del vacío…

  • Obtener escucha libre de juicios porque sentirse vacío es una experiencia a menudo invalidada por el entorno, especialmente si pareces tener una vida ideal. Con un especialista puedes encontrar un espacio para ser escuchado sin que nadie te cuestione, acogiendo tu sentir con empatía y respeto.



Entonces, si tienes todo lo que necesitas y aún así te sientes mal, recuerda que es señal de que el camino hacia la liberación y la sanación ❤️‍🩹 a comenzado y ese viaje es profundo. No estás sol@ y no tienes que hacerlo sol@, yo te acompaño 🤌


 
 
 

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